Fucsia, ese era el color del cielo, íbamos por bahía blanca,
mirando al sur, yendo al chino, y el cielo estaba fucsia,
púrpura dije yo, daltónico y una vez mas fascinado.
Los chicos me miraban, parado en medio de la calle,
sin dudarlo me puse a sacar fotos, era fucsia el cielo!
de aquella tarde cuando el sol se retiraba con lluvia,
y yo me detenía paciente, esa vez en la puerta de mi casa,
inhalando el aroma del asfalto caliente recién mojado.
El cielo que miramos en busca de paz, puede ser
tan violento como hace un rato, tormenta eléctrica,
un poco de piedras y vientos huracanados, una fiesta!
no faltaron los truenos, va a estar bueno buenos aires.
Me fui al fondo, a mojarme con la lluvia, un bello ritual,
mas en un verano de mucho calor que nos estuvo hirviendo
aunque nos trajo ayer un colibrí al jardín entre mate y budín,
para maravillarnos con su aleteo y su efímera presencia.
belleza, colores y formas, pasión por los cielos
especialmente este rojo que invadió mi ventana
en el ocaso de una tarde de nubes gordas
donde una brisa suave y refrescante matizaba
Días de ocio, días de odio, de compasión, días con pasión,
días sin sueño, días de sueño, como te cuento? estoy riendo,
rienda suelta a la vida, la tristeza cuenta, y pasa, todo pasa,
la tormenta limpia, el alma truena, la vida misma.
Era fucsia el cielo.
Miralo de nuevo.
no hay truco, ni siquiera saturación
el micro es rojo, el asfalto gris,
las copas verdes de clorofila
y eso que se ve fucsia
es sin dudas un cielo.
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